PUNTO PARTIDA:

Llames de Pría. Por la autopista del Cantábrico, A - 8, salida de Nueva, Pría, etc.. Se siguen las indicaciones de Pría, girando a la izquierda, se pasa por Garaña y a continuación se llega a Llames de Pría.

DIFICULTAD:

Baja.

DURACIÓN:

5 horas.

DESNIVEL:

400 metros

MAPA:

31 - II del IGN, escala 1:25.000.

DESCRIPCIÓN:

Se sale de Llames hacia la izquierda, dirección Oeste, por un camino ancho que nos conduce a la playa de Llames o Guadamía, llamada así por el nombre del río, por la margen derecha de dicho río, pudiéndose comprobar el fuerte acantilado originado por la acción del agua.

La playa de Guadamía es un largo brazo arenoso perpendicular a la línea de costa. El arenal abarca las márgenes del cauce unos cientos de metros hacia el interior, con lo cual la playa podemos decir que es casi fluvial. El mar desaparece tras los vericuetos del acantalidao y el oleaje apenas penetra durante las mareas más fuertes.

Al llegar a la costa, a unos 1.000 m. del punto de partida, se pueden oir los bramidos del mar y pequeños bufones denominados "Bramodoríu de Llames". A partir de aquí hacia el Este, esta ruta, está señalizado como sendero P.R. AS - 57 con dos trazos de pintura amarilla y blanca.

Se toma a la derecha un camino de tierra, reservado a vehículos agrarios que conduce al Bramadoriu de Llames, un extenso campo de bufones (dolinas que comunican con el mar y que al llegae el agua empujan el aire que sale por los mismos, haciendo un estruendoso ruido como si bufara) . Si la mar está en calma , los muchos respiraderos de las cavidades subterráneas se limitan a expulsar el aire comprimido en las galerías por los golpes de oleaje. Sin embargo, en los dias de fuerte marejada, el Bramadoriu se transforma en un espectáculo que produce admiración y temor. Entonces, el agua y el aire apretados en esas angosturas subterráneas, escapan juntos por esas aberturas. Es como si el suelo se abriera y escupiera hacia el cielo trozos de mar con un ensordecedor ruido y formando un orbayu de sal que riega los campos. Los ruidos del Bramadoriu se dejan oir a muchos kilómetros, incluso en los lejanos Picos de Europa, no en vano los pastores de esas peñas dicen: ''Cuando sientas sonar el pozu Pría, coge leña p'alm otru dia''.

Desde el Bamadoriu, la ruta sale hacia el este, pero es fácil perder la señalización pues son numerosos los caminos que se unen y separan, de fácil caminar entre tojos, brezos, pequeñas camperas de hierba y zonas erosionadas. Siguiendo por una senda por encima de los acantilados a escasos 500 m. cruzamos un puente natural sobre dos grandes cavidades y donde la mar ruge a nuestros pies aflora el Pozo de Las Grullas, una impresionante oquedad (antigua dolina capturada por el mar) con más de 150 m. de longitud, 50 m. de ancho.

Más adelante y siguiendo el camino se llega a Les Espines, donde el mar penetra formando una pequeñísima bahía de gran belleza. Más adelante avistamos el Islote Horcado de Cuevas frente a una bella ensenada.

En las proximidades de la playa de Villanueva hay un espectacular entrante de unos 300 m. en donde los tojos dificultan el caminar. Al pasar la playa, cogemos la senda que sale a la izquierda y que se dirige hacie el este por encima del acantilado, hasta llegar a una pequeña escalera oculta entre encinas y que nos da entrada a la playa de Cuevas. Estos árboles constituyen una de las peculiaridades botánicas de mayor valor ambiental del oriente asturiano.

Como su nombre indica esta playa se caracteriza por las oquedades calizas del paraje donde los acantilados erosionados dan paso a una bella playa arenosa rodeada de praderías.

El PR - AS 57 que hemos estado siguiendo retorna hacia Llames de Pría por el interior, según describimos a continuación, aunque nosotros continuamos por la línea de costa.

Para bajar a la carretera hay que bordear el acantilado (en donde hay cultivos marítimos de lenguado y rodaballo) y siguiendo hacia el sur hasta bajar, nos topamos con un pequeño bosque de encinas asociadas a madroños y zarzaparrillas (bosque mediterráneo) en fase regresiva, pues los tojos, helechos, castaños (especies atlánticas), les van comiendo el hábitat.

Encontramos unos escalones con barandilla en mal estado, que van hasta el río de Nueva y al pasar por encima nos lleva hasta la carretera AS-340. Caminamos por ella hacia Nueva y al llegar al primer cruce a la derecha tomamos la carretera LLN-17. Al llegar a Los Cuetos de Villanueva tomamos el camino de la derecha que nos lleva a un pequeño bosque de eucaliptos, Villanueva, La Pesa (lugar de nacimiento del poeta y escritor en asturiano José García Peláez, «Pepín de Pría» 1.864-1.928 ), Garaña y Llames de Pría.

En Garaña encontramos el antiguo palacio de los Argüelles, familia que, enriquecida en la emigración cubana, llegó a disfrutar en Llanes y Ribadesella de un riquísimo patrimonio de tierras y caserias.

En Llames hay una fábrica artesanal de quesos y miel, que adquirió en los últimos años un notable prestigio.

Como decíamos antes, para continuar por la costa se cruza la playa de Cuevas de Mar y a la derecha de la playa sale un sendero que nos lleva, en lo alto, ala Ermita de San Antonio, y en sus proximidades hay un nuevo bufón. Esta Ermita está situada cerca de un saliente que forma el cabo de Mar y la Punta San Antonio, cercana a ella, siguiendo hacia el este hay tres pequeñas playas, la playa de Puerto Seco, la de San Antonio de Mar y la de Salmoreda.

Se continua por senderos cercanos al mar y más adelante se toma una pista, pero siempre con el mar cercano, hasta tomar un nuevo sendero hasta llegar a una construcción en uno de los numerosos entrantes que vamos a encontrar y el que hay una cetárea.

Siguiendo el sendero se llega a la playa de la Huelga, entre árboles, y debiendo cruzar el río San Cecilio, cosa que se puede hacer por la presa de las ruinas de un molino para seguir hacia la playa. Esta playa tiene una característica forma alargada, la cual se debe a que es una playa excavada por el río San Cecilio entre los acantilados (destacar también que en las cercanías se forman unas marismas).

Se sale de la playa de la Huelga y por una pista a la izquierda, en dirección este, se llega a un nuevo entrante en el que se ve en su parte superior unas grúas que se utilizan para descargar el ocle.

Estamos en una zona de gran belleza, pudiendo observar una costa con rocas y acantilados que parecen tallas hechas caprichosamente. Por este sendero se llega a la playa de Gulpiyuri. No es una playa como las demás pues su mayor peculiaridad es que no tiene contacto directo con el mar. Está a unos 100 metros del mar y el agua le llega por galerías. La playa no mide ni 20 metros de largo y cuando está la marea alta se llena entera de agua y no queda nada de arena; por ésto y por sus dimensiones esta playa también es conocida como "la bañera". Está declarada como Monumento Natural.

Siguiendo el sendero cercano a los acantilados y ahora entre "cotoyas" se llega a la playa de San Antolin.

Y como final decir que hay que tener mucho cuidado en no asomarse a los acantilados y en caso de llevar niños, estos deben ir perfectamente controlados por personas mayores.