PUNTO PARTIDA:

El Cable (estación superior del teleférico de Fuente Dé) (1.834 metros), Liébana.

El Urriellu desde Horcados Rojos

DIFICULTAD:

Alta. La bajada al Jou de los Boches desde Horcados Rojos es una larga destrepada de segundo grado (IIº), con las piedras muy gastadas por el paso de la gente. En el lugar se ha instalado una ferrata para facilitar el descenso. Se trata de una ruta muy frecuentada, favoreciendo la siempre peligrosa caída de piedras.

DURACIÓN:

7 horas.

DESNIVEL:

500 metros para el ascenso y 1.400 de descenso.

CARTOGRAFÍA:

Adrados, Macizos Central y Oriental de Picos de Europa, escala 1:25.000.

DESCRIPCIÓN:

Retoma el Llama Ello una clásica de los montañeros de Villaviciosa. En un principio la travesía finalizaba en Poncebos; pero a raíz de la construcción del camino de herradura de servicio del refugio de Urriellu, en los últimos años se ha optado por suavizar el descenso, desviándose al pueblo de Sotres. Con esta variación en el punto de destino, se posibilitan otras rutas alternativas que, en esta ocasión, nos van a llevar por el Lago de las Moñetas. Compaginando ambos recorridos, existe una variante más sencilla para bajar al Jou de los Boches, a través del Collao de Santa Ana (no será muy complicado el descenso cuando bajaron en moto). Entre las posibles cumbres a coronar destacan el Tesorero o la Torre de los Horcados Rojos (para la ruta troncal), o los Picos de Santa Ana o los Tiros Navarros (para las variantes por el Collao de Santa Ana y por el Valle de las Moñetas).

En la misma estación del Cable nos recibe la pista por la que se inicia nuestra andadura. Presenta un único desvío a la altura de la Horcadina de Covarrobres. La pista principal traspone la collada, cortando los lleraos sudorientales de Peña Olvidada en un rápido descenso hacia los pastos de Áliva. Quede apuntado que en el Hotel de Áliva, se coge un ramal que recorre toda la Llomba del Toro, adentrándose en el valle del río Duje, entre los Macizos Central y Oriental, camino de Sotres. Es una sencilla alternativa senderista a cualquiera de los recorridos propuestos.

Otra pista se desgaja de la principal sin llegar a la Horcadina de Covarrobres. Faldea a media ladera por las pedreras occidentales de Peña Olvidada, relativamente alta respecto de los Pozos de Lloroza, una sucesión de lagunas de montaña de desigual tamaño. La pista se deja en La Vueltona, una revuelta de la que se desgaja el camino de herradura que conduce a Horcados Rojos. Se inicia propiamente la ascensión, siempre por los clásicos canchales de la alta montaña de los Picos de Europa. Toda esta cantera procede de la sucesión de torres que nos escolta por la derecha: Peña Olvidada, Peña Vieja, Torre de las Coteras Rojas, Picos de Santa Ana y Torre de los Horcados Rojos. Por el otro costado la ladera vierte hacia el Hoyo Sin Tierre, hondonada cercada por el Pico San Carlos, la Torre del Hoyo Oscuro, los Tiros de Casares y el Madejuno.

El camino de los Horcados Rojos dobla la torre del mismo nombre, a la altura de la cúpula metálica de Cabaña Verónica. Los Horcados Rojos es la depresión que se forma entre ésta torre y el Tesorero, cima compartida por Cantabria, León y Asturias. Es un concurrido mirador, al que la gente se acerca para ver el Naranjo de Bulnes. Cierra por el Sur lo que fue la cubeta glaciar de la que se descolgaron las lenguas que modelaron, aparte de la aguja monolítica del Picu Urriellu, los valles glaciares del Jou Lluengu y de las Moñetas. El fondo del circo glaciar son los actuales jous de los Boches y Sin Tierre, hundidos en lo más profundo de la alta montaña de los Urrieles. Por estas peñas se descuelga la ferrata a que se aferran las decenas de montañeros que bajan al Jou de los Boches.

La cubeta del Jou de los Boches presenta otro punto débil por una alta collada que se divisa al Este de la hondonada, entre los Picos de Santa Ana y los Tiros Navarros. A esta collada se llega por otro camino carretero, fruto de las cacerías reales del XIX. Este camino es un ramal que se desvía del que nos ha traído a Horcados Rojos nada más dar por finalizada la subida desde La Vueltona. Se cuela entre la Torre de las Coteras Rojas y los Picos de Santa Ana, por lo que se conoce como la Canalona. Desde el Collao de la Canalona se dobla por la vertiente oriental de los Picos de Santa Ana para alcanzar la collada del mismo nombre. Tirándose por las pedreras del otro lado de la collada se baja a entroncar al Jou de los Boches con la ruta principal de los Horcados Rojos.

El Jou Sin Tierre es la hondonada contigua al de los Boches, por la que se alcanza la boca que se abre entre La Morra y los contrafuertes del Neverón de Urriellu y la Torre de la Párdida. Por esta abertura natural se pasa al Jou Lluengu, lecho de la primigenia lengua glaciar. En un primer rellano de pastizal alpino, a los pies de una pared desplomada de 500 metros, testigo del arranque de la escalada de dificultad en España, remansa la Vega de Urriellu.

En la vega se toma un nuevo camino carretero, abierto en la peña a base de barreno, que se va desviando por el lateral derecho del Jou Lluengu. Escapa del valle, antes de que éste se precipite sobre los abismos del Jou Baju y la Canal de Balcosín, antesala de Bulnes, por las canales de Vallejo. El camino moderno dobla por debajo del CollaoVallejo, iniciando un faldeo descendente por encima del Monte La Varera. Muere en la Terenosa, majada de remozadas cabañas por la que se pasa al Collao Pandébano. De la collada nos tiramos a las pistas de la concentración parcelaria, que confluyen con la pista procedente de Áliva, pasados los invernales del Tejo. Restan unas decenas de metros para concluir la travesía en la Curvona de Sotres.

Quienes se decanten por la alternativa de las Moñetas, habrán de seguir un sendero que faldea por la vertiente oriental de Tiros Navarros en dirección a la Collada Bonita, horcada por donde se pasa a la cara Sur del Naranjo. La cabecera del Valle de las Moñetas se extiende desde aquella montaña hasta los contrafuertes de Peña Castil. Es el lecho de una lengua glaciar de enormes proporciones, al igual que el Jou Lluengu, de ahí que, a falta de senderos ( o, por mejor decir, a causa de la proliferación de senderos) ofrezca innumerables alternativas de descenso. Aunque para ir al lago de las Moñetas lo mejor es tirarse desde un poste para medir la capa de nieve a un profundo jou. En éste se coge un sendero que se adentra en unos callejones calcáreos por los que se cae al sendero que va del lago a la majada de las Moñetas. Una vez en este camino se gira a la derecha, entrando por una horcadita en la cubeta del lago. Este cuenco se esconde bajo las pulidas paredes que el Cueto de Juan de la Cuadra (en el cordal del mismo nombre) proyecta por el costado derecho del valle glaciar. En el lago ya se coge el pisado sendero que baja a la cabaña del Fresnedal. Aquí entronca con el que desciende por toda la Canal del Fresnedal (entre Peña Castil y el Cabezo Tortorios) hasta la pista de Áliva, a la altura de las Vegas de Sotres. Aún resta casi una hora de camino hasta unirse con el grueso del grupo en la Curvona de Sotres.